Historia de Geiku

Abres los ojos debido al bullicio.

A tu alrededor sólo ves luces y caras difusas, todas alentando, gritando e insultando. Estás en un cuadrilátero.

Lo único que ves al frente es tu oponente, un hombre de tosca y voluminosa apariencia. Sin embargo, parece golpeado y exhausto. Te miras a ti mismo y ves que también estás golpeado y con sangre en la cara. Tus dos guantes rojos de boxeo lo confirman.

No entiendes absolutamente nada de lo que pasa. Lo único que te saca de tu estupidez es ver cómo la mole delante tuya avanza hacia ti, con todas las ganas de darte una golpiza. Los gritos, la transpiración, la agitación, todo te hace sentirte en un lugar totalmente extraño.

Golpeas sin piedad en esa zona a tu contrincante el que, pese a su constitución, retrocede unos pasos. Automáticamente te lanza un par de golpes, pero gracias a tu agilidad y su poca destreza podes esquivar fácilmente.

El bullicio se hace todavía mayor, la gente grita enloquecida, como si estuvieran en un matadero. Las luces te ciegan pero a la vez te hacen sentir omnipotente, mientras que tu rival aprece achicarse ante tu decidida postura.

Entonces tu rival corre hacia ti pero env ez de golpearte te abraza y te pone contra las cuerdas, intentando tomar aire y respiro utilizando esta técnica.

En vez de golpearte, el forzudo enemigo te empuja más contra las cuerdas, como si quisiera arrojarte fuera del ring y caer los dos jutnos en el suelo ¿en qué estaba pensando?.
Fuera de esto, notas como transpiras profusamente, a cada segundo parece que el agua de tu cuerpo no deja de fluir. Estás mas acalorad, los gritos y las luces se hacen sofocantes, casi imposibles de tolerar. Lo único que te mantiene con la cordura para seguir son tus sentimientos de superioridad y de victoria, que por el momento evitan que caigas fuera del ring.

Logras hacer tal fuerza que no es normal en ti, quizá debido a tu Espíritu. No sólo logras apartar al gigantesco sujeto sino que además este cae sentado en el ring, algo confuso. Sin embargo, justo antes de que pudieras saborear esa extraña victoria contra un hombre que tenía mas fuerza que tu, sentís como te caes hacia atrás, independientemente de las cuerdas. Finalmente caes al suelo con los ojos cerrados, y cuando los abrís, todo está oscuro.

Lo único que escuchas es el bullicio incesante de la gente, pero esta vez no proviene de ninguna grada, sino del pequeño y viejo televisor.

Te encontrás de nuevo en tu habitación, completamente transpirado, luego de haberte caído de la cama. La oscuridad ahora es cortada pro el tenue brillo de la televisión que muestra el match de Makunoichi Ippo, que sale victorioso de otra defensa del título. Olvidaste apagar la televisión, aunque eso te pasaba frecuentemente. Ahora que te ponías a pensar, hacía bastante que no soñabas conque eras boxeador. Tu pequeño apartamento viejo y desordenado era tu única guarida, y los folletos de distintos gimnasios estaban esparcidos por la mesa de la cocina. Qué harías mñana y qué gimnasio elegirías? quizás esas eran solo algunas preguntas que rondaban tu mente.

La mañana está fresca pero el sol entibia tu piel mientras sales camino al gimnasio. La trayectoria te muestra varios escenarios....un pequeño baldío, casas, edificios, negocios, y un puente por donde cruza un arroyo. Finalmente llegas a tu destino y, mirando el letrero "KAWAHARA GYM", decides entrar.

El lugar estaba casi vacío. Era un horario muy temprano, aunque a ti nunca te habían importado los horarios: tu los ponías. Las únicas personas que entrenaban estaban haciendo pesas u otros ejercicios anaeróbicos mientras un viejo pelado que llevaba una camisa que ponía "KHBX" se da vuelta y te mira. Luego de mirarte por unos segundos le chista a otra persona.

-Eh Max!, parece que el novato por fin se decidió -comenta bromeando el viejo.

Max, un hombre de mediana edad y de color, se acerca a ti.

-¿Por fin te decidiste?. Si estás listo llenaremos la papelería y empezaremos el entrenamiento de inmediato.